MEMORIAS
DE DIÓGENES
MIEDO
Y PRETEXTOS DE LOS EMPINADOS…
Camino al Ágora, los empinados se detienen unos instantes frente a mi Tonel, con el
único fin de hacerse notar, para que no
los olvide…lo cual me resulta demasiado fácil…sólo que les hago el favor de
acordarme de ellos porque siempre conviene no echar al olvido las pesadillas, pues
también ellas brindan lecciones que conviene no olvidar…
Sin embargo, no tardan en marcharse porque
saben que saldré a enfrentarme con ellos…lo cual les causa pavor…
Pertenecen a la inmunda ralea de quienes ni
baten, ni combaten, ni debaten; sólo saben gimotear en la oscuridad.
Dicen por allí que jamás aceptarán
enfrentarse en debate conmigo, para ventilar nuestras ideas –siempre antagónicas
con las suyas, como el pasado y el futuro- porque estando “en posesión de la
verdad en forma absoluta” (tan absoluta como sus dogmas), no vale la pena
contrastarla con la falsedad de mis propuestas; y, sobre todo, porque los titulados no deben “rebajarse” al
nivel de los iletrados, hecho les restaría prestigio y les mancharía las
pantuflas de su inflada sapiencia, tan caras a las necias apariencias de la
sociedad.
Se trata de pretextos, tan socorridos como
estúpidos porque siendo ínfimo el nivel de mis conocimientos, les resultará
fácil vencerme en el debate, prevaleciendo victoriosos ante la plebe de sus congéneres.
Pero, ni para eso les da el cacumen del que tanto presumen…
Si. Se trata de pretextos bajo cuyas capas
numerosas ocultan el miedo. Miedo a una verdad que no saben cómo evitar, porque
mi verdad terminará aplastándolos totalmente, con sus cerros de ínfulas y sus poses
petulantes.
La verdad de ellos quedará para los museos.
Mi verdad crece y brilla cada día mientras discurre el río heracliteano de lo que nada se detiene, de lo
que cambia imperceptible pero efectivamente. De lo que no puede evitarse.
Por eso no tardan en largarse, dejando libre
de miasmas el frente de mi Tonel.
Los
empinados…!Bah! ¡Gran cosa la suya!
0 comentarios:
Publicar un comentario