SED HUMILDES
(Me resulta muy plausible, económico y conveniente
exigir a los demás, virtudes y bondades que no poseo).
“Sed mansos y humildes de corazón”
-dijo el señor-
y lo cumplió con el ejemplo.
Pero yo, firme candidato a los avernos
con mi sempiterno mal ejemplo,
vengo y digo:
sé humilde,
aguanta todo,
no protestes,
no te alces,
no te enfades,
sé una momia,
un juguete,
un payaso,
un monito,
un robot,
una triste lombriz,
un maniquí,
mientras yo te sotobajo,
te machuco y te encarajo.
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