TONELADAS
DE DIÓGENES
QUÉ
ESPERAR DE LOS MONOS ARISTÓCRATAS.
Pero,
¿qué más puede esperarse de los monos sino monadas? Pasan el día saltando de
rama en rama, entre gritos, risotadas y estridencias, buscando los lugares más
altos del “Árbol de los Males”. Comen tallos y frutillas sin parar, salvo
cuando se trata de molestar y ofender a los demás, arrojándoles fecas con las
manos, mientras se valen de la cola para aferrarse a las ramas. Por eso tampoco
debe extrañarnos que salgan en la prensa o en televisión diciendo pendejadas y
soltando por la retropropulsión frases
que suponen geniales, viniendo, según
ellos, de un “Aristócrata”.
Nunca
peor mono que los monos engreídos, hipócritas, cínicos y embusteros, todo lo
cual, revuelto, no es sino ñoña pura.
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