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viernes, 30 de enero de 2015

DIÒGENES. LA VIDA ES UNA LARGA PONENCIA.


DIÒGENES
LA VIDA ES UNA LARGA PONENCIA

De la cincuentena de acepciones del verbo poner (RAE), se colige que la vida es una larga ponencia…Es decir, no sòlo las gallinas ponen…Pongamos atención…pero sin olvidarnos de la pìcara connotación de los gestos de una gallina cuando pone…

-La reina ponìa peros a diestra y siniestra.
-El jefe de policía se la  pasa poniendo barreras descomunales en las principales calles de la ciudad.
-El socorrista pone a muchas personas a salvo de los peligros.
-El mozo pone bolsas de te, azúcar, yerbabuena y manzanilla sobre las mesas.
-El cazador ponìa, primero un ojo, después una bala.
-Sempronia ponìa cestas de huevos en la puerta de la bodega.
-Aquella camarera pone patos y bacinillas debajo de las camas de los enfermos.
-El borracho Eladio pone botellas de cerveza en el refrigerador.
-El padre pone a su hijo de cuatro años,  a bailar en la plaza como un monito.
-El fabricante pone aparatos  a prueba.
-El estudiante puso fuerza y decisión en dedicarse al estudio.
-El pecador pone propósitos de enmienda y va camino a la canonización.
-El banquero pone intereses usurarios a los prèstamos.
-El  filòsofo pone hipótesis enjundiosas para que sus lectores y alumnos suden yodo.
-El amigo pone confianza en el amigo, porque cree  que no lo defraudarà.
-Los cineastas ponen en escena una película atrevida.
-Los consumidores están poniendo el grito en  los santos.
-La novia le pone quejas, chismes y reclamos  al amante que, al parecer, le està poniendo los cachicornios.
-El cazador de cucarachas se la pasa poniendo trampas, pero no caen. Y eso lo pone en cuclillas de tanta rabia.
-Las cocineras ponen ajiès en la sopa. Tambièn ponen yucas, topochos, arroz, ocumo y otras verduras, y nadie protesta.
-El electricista pone bombillos y a veces hasta  cables, fusibles, brèkers y otras cosas extrañas.
-Unos ponen de su parte…o de la parte de los demás.
-El vulgar pone a las damas coloradas.
-El vecino acaba de poner las barbas en remojo
-El negociante pone claras las cosas con la contraparte.
-El carpintero pone taburetes como nuevos.
-El pastor, vestido a todo trapo, pone en la puerta de la iglesia, cajas de zapatones viejos y deshechos, para los pobres de su parroquia.
-Los estudiantes ponen tachuelas sobre las sillas de los profesores
-El apostador pone grandes cantidades sobre el tapete.
-El que vino a refaccionar mi casa puso grandes vidrios en las ventanas.
-El asaltante pone temblores en los corazones.
-El dueño del inmueble  pone condiciones onerosas.
-Mientras unos ponen en claro otros ponen en lo oscuro.
-El nuevo rico puso aparatos de aire acondicionado por toda la casa.
-Los deportistas extremos ponen en peligro su vida y sus posaderas.
-Los tacaños ponen pequeñas cantidades para “hacer una vaca”
-El arrendador pone de patas en la calle
-La maestra puso una hilera de ceros en la pizarra.
-Hay quienes ponen a los amigos como medianeros
-El terrorista pone bombas y se va silbando.
-Los ministros ponen cargos a la orden
-Los funcionarios ponen atención sòlo a lo que les interesa
-Las santas monjas ponen fe y esperanza mientras rezan
-El sacristán pone bonetes al pope y vino en las vinajeras
-El monaguillo pone ojos a las limosnas
-El rector del Seminario acaba de poner un vigilante en la puerta.
-La directora de la escuela puso un piano de cola en su oficina.
-El ladròn pone los pies en polvorosa…o en la cárcel
-El juez pone sobre la mesa la verdad y la justicia
-El escribiente del tribunal pone notas raras en los infolios
-El empleado del almacén pone corotos en los estantes
-Aquel arrendador se la pasa poniendo avisos
-La enfermera pone cúmulos de algodón sobre las heridas
-El sol pone alegría por donde pasa.
-El buen velocipedista pone ruedas en Rìo de la Plata en dos minutos
-La madre de familia pone remedios a la indisciplina de los hijos
-El policía trata de poner orden.
-Las aves ponen pollos encofrados
-Los políticos ponen la torta
-El pobre pone remiendos sobre remiendos
-El doctor pone trozos de hielo sobre las contusiones de los pacientes
-Aquella curandera se la pasa poniendo cataplasmas
-Aquel mecànico pone motores de alta potencia
-El músico puso una flauta sobre la partitura
-El chef puso huevos en rodajas sobre la ensalada
-El abogado puso toda su pericia frente al juez
-El profesor puso todo su bagaje de conocimientos en la conferencia.
-El caballero puso lanza y espada a los pies de su Dulcinea.
-El muchacho, asustado, puso una bombona en medio de la cocina.
-Un pato puso broches de oro en plena sala.
-La anciana pone muchas trancas detrás de la puerta de la calle.
-El predicador puso una biblia de cuero sobre la tabla del pùlpito.
-El cura puso unos velones en el altar.
-El sujeto de la cauchera me le puso llantas nuevas a mi carro.
-El bandido puso una pistola sobre la mesa.
-El terrateniente puso largos petriles en su propiedad.
-La muchacha puso caras largas y pucheros cuando el novio la despidió.
-El director de la orquesta puso la batuta como una melcocha de tanto batirla.
-El carpintero pone las virutas en una caja de cartón.
-Aquel señor vive de poner tejas
-El prestidigitador puso en juego bromas, maromas y artimañas.
-El tendero pone trombones a disposición de los interesados.
-Al abogado Riñones le encanta estar poniendo berenjenas en el bufete (No sè por què).
-El tramposo va por el camino de la vida poniendo conchas de mango sin cesar.
-La tal “Nena” (que ya no debe serlo tanto) ponìa verdes a los borrachos con sus chistes rojos.
-Los magistrados ponen sentencias porque primero ponen ponencias...con la ayuda insustituible de los asistentes, quienes ponen por su parte todo el esmero posible en contribuir a la administración de justicia…
-La peor de las ponencias es la postura “de la primera piedra”. Porque debe ser algo extremadamente  doloroso. Cuentan que Monazo III,  rey de Pujadonia, “puso la primera piedra” para la construcción de un hospital, pero que apenas lo hizo fue presa de intensos y lacerantes dolores. Por ello tuvieron que recluirlo en una clínica, donde la prescribieron una dieta muy estricta, con base en “los tres aceites”, y le impusieron un reposo como de primeriza. El obstetra  le dijo:
“Su majestad casi muere en el parto. No vuelva a poner piedras porque la arrebata la muerte. No sería la primera parturienta que fallece por andar en esas cosas. Poner piedras primeras o segundas es sumamente peligroso”.

Y asì, llega el momento de poner punto final a esta retahíla. Pero con la advertencia de que yo no pongo. Sòlo propongo.


Su amigo, Diògenes Sinopeyus.

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