LUMPEN,
PERO SABIOS
Los Sabios
ignoraban adònde los llevaría a vivir. Por supuesto, serìa en el más
destartalado de los ranchos, ubicado en el barrio más andrajoso de la ciudad,
donde nuestros vecinos nos tratarìan
como lumpenproletarios”, y hasta se juzgarían “burgueses” por el solo hecho de
tener antena antiparabólíca. Porque los pobres y aun los miserables de aquellos
tiempos, solían satisfacer el hambre con
imágenes televisivas de alimentos y con
ilusiones de riqueza, comodidad, dulce vida y felicidad general. Por
consiguiente, quien no tuviera televisor era menos que proletario.
-Seremos lumpen- les dije- pues en el rancho no hay
televisor. Se divertirán con figuras chinescas o hablando pendejadas hasta que les llegue el
sueño.
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