LA “PAJUDEZ” DE LOS “PAJUDOS”.
Diògenes Sinopeyus
A LA SACROSANTA ACADEMIA DE LA LENGUA
Ya es hora de que los señores académicos de la lengua
incorporen al Diccionario las palabras “pajudez”
y “pajudo”, que tanto abundan.
“Pajudo” es el sujeto, de uno u otro sexo (o del sexo del
medio) que
-habla de sobra, sin decir nada, parloteando
insubstancialmente
-pide o se toma la palabra en las reuniones para decir
solemnes pendejadas
-entorpece y frustra como todo un aguafiestas, con largas peroratas y falsas promesas
.
-ofrece lo que no le están pidiendo, pero cuando se le pide un favor, evade y se
esfuma
-si es abogado, llena el escrito de preámbulos,
consideraciones, incisos y divagaciones, y expresa en cinco páginas lo que muy
bien podría caber en siete líneas. Despuès se queja de que el juez no lee sus
parrafadas
-si es profesor, rellena, rellena, y lo que podría
caber holgadamente en el horario previsto, se queda en aire, trunco,
incompleto, pues la hojarasca asfixia el tiempo
-si es mèdico, en vez de abocarse a diagnosticar una
enfermedad, busca entretenerte con anécdotas de todo tipo, de tal forma que el
99% del tiempo se va en todo menos en lo que te ha llevado a su presencia. Te
habla de política, de la suegra, de los viejos tiempos, de la vida
universitaria, etc.etc. pretendiendo justificar la estocada pecuniaria que te
propinarà cuando todo termine. Pero, el muy cobarde no lo hará
personalmente, pues “honorarios” son
“honorarios”. Por ello comisiona a la secretaria para que perpetre el crimen,
mientras èl se las da de idealista, de hipocrático, de desprendido
-si es politólogo, psicólogo, historiógrafo, luminotécnico,
u otro blabablabla, te aplasta y apabulla
con un cargamento de títulos y sobretítulos y te enseña còmo tiene esteradas
las paredes con diplomas y requiebros acadèmicos, como si los títulos y los postgrados
valiesen por sì solos, al margen de la creatividad, que es lo verdaderamente
necesario, pues los países requieren impulsores fundamentales, no simples
repetidores
-si es el novio, se pinta como el non plus ultra de los pretendientes, sobreabundando en “echonerías” y falsa
importancia
-si es la novia, se describe como Santa Pureta,
ocultando toneladas de aventuras inconfesables
-si es vulgarote, dice “pajùo” como los malandros, y no “pajudo”, porque
para èl quien usa estas expresiones correctas es un pureto académico.
La Santa Academia debe prevenir la repulsiva
enfermedad de la PAJUDEZ combatiendo a los PAJUDOS, por favor...
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