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martes, 27 de enero de 2015

LA "PAJUDEZ" DE LOS "PAJUDOS". Diògenes Sinopeyus.



LA “PAJUDEZ” DE LOS “PAJUDOS”.
Diògenes Sinopeyus

A LA SACROSANTA ACADEMIA DE LA LENGUA

Ya es hora de que los señores académicos de la lengua incorporen al Diccionario las palabras pajudez y “pajudo”, que tanto abundan.

“Pajudo” es el sujeto, de uno u otro sexo (o del sexo del medio)  que
-habla de sobra, sin decir nada, parloteando insubstancialmente

-pide o se toma la palabra en las reuniones para decir solemnes pendejadas

-entorpece y frustra como todo un aguafiestas,  con largas peroratas y falsas promesas
.
-ofrece lo que no le están pidiendo,  pero cuando se le pide un favor, evade y se esfuma

-si es abogado, llena el escrito de preámbulos, consideraciones, incisos y divagaciones, y expresa en cinco páginas lo que muy bien podría caber en siete líneas. Despuès se queja de que el juez no lee sus parrafadas

-si es profesor, rellena, rellena, y lo que podría caber holgadamente en el horario previsto, se queda en aire, trunco, incompleto, pues la hojarasca asfixia el tiempo

-si es mèdico, en vez de abocarse a diagnosticar una enfermedad, busca entretenerte con anécdotas de todo tipo, de tal forma que el 99% del tiempo se va en todo menos en lo que te ha llevado a su presencia. Te habla de política, de la suegra, de los viejos tiempos, de la vida universitaria, etc.etc. pretendiendo justificar la estocada pecuniaria que te propinarà cuando todo termine. Pero, el muy cobarde no lo hará personalmente,  pues “honorarios” son “honorarios”. Por ello comisiona a la secretaria para que perpetre el crimen, mientras èl se las da de idealista, de hipocrático, de desprendido

-si es politólogo, psicólogo, historiógrafo, luminotécnico, u otro blabablabla,  te aplasta y apabulla con un cargamento de títulos y sobretítulos y te enseña còmo tiene esteradas las paredes con diplomas y requiebros acadèmicos, como si los títulos y los postgrados valiesen por sì solos, al margen de la creatividad, que es lo verdaderamente necesario, pues los países requieren impulsores fundamentales, no simples repetidores

-si es el novio, se pinta como el non plus ultra de los pretendientes,  sobreabundando en “echonerías” y falsa importancia

-si es la novia, se describe como Santa Pureta, ocultando toneladas de aventuras inconfesables

-si es vulgarote, dice “pajùo”  como los malandros, y no “pajudo”, porque para èl quien usa estas expresiones correctas es un pureto académico.

La Santa Academia debe prevenir la repulsiva enfermedad de la PAJUDEZ combatiendo a los PAJUDOS, por favor...







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