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sábado, 28 de febrero de 2015

MEMOIRAS DE DIOGENES. LA LEVITACIÒN DE PERIANDRO



 LA LEVITACIÓN DE PERIANDRO


Como la sabiduría también debe ser fuerte, y persistente refu­gio contra el mal tiempo, nos dimos a filosofar. Esto llamó la atención del vecindario, porque Periandro tuvo la ocurrencia de meditar en el corral, donde, al cabo de cierto tiempo de pensar profundo padedeció  levitación, que le subió hacia los cielos como tomado de los cabellos -que, por cierto, no eran muchos-. Y subió, subió, como globo hecho de sábanas. Menos mal se enredó en unas cuerdas que una corpulenta vecina utilizaba para ventilar sus jamuguetas y secar sus guardacopones.

Por poco, pues, perdemos a Periandro por causa de los humos filosóficos, aunque no hubiera sido el primero en perderse en esos laberintos de la evasión. Por suerte, pudimos rescatarlo con un garfio.... Después supimos que pensaba fugarse a un lugar desconocido, sólo para librarse de “la Misión Zeus”. Menos mal para él que no lo hizo, porque las deserciones contra el Olimpo jamás son perdonadas.

miércoles, 25 de febrero de 2015

DIÒGENES SINOPEYUS. LAS BARBAS DEL TIRANO






DIÒGENES SINOPEYUS

LAS BARBAS DEL TIRANO

IVÀN EL TERRIBLE

Escribe el historiador ruso Eugenov KIauskutschensko:

“…Dicen que las barbas del tirano Ivàn eran el indicador del nùmero de adeptos. Al final, cuando murió, sòlo le quedaban cuatro tristes pelos sucios y un ejèrcito de liendres...”
(De Lata Tiranorum Mortadela Simple, 1786)




martes, 24 de febrero de 2015

MEMORIAS DE DIÒGENES. LOS APUROS DE CLEÒBULO Y LA FURIA DE QUILÒN


LOS APUROS DE CLEÒBULO Y LA FURIA DE QUILÒN

-¡Qué hueso duro es esta gente –dijo Pítacos- Ya se han cumplido seis meses y todavía no se nos acepta del todo aquí en el barrio.

Asì fue. Hubo seria resistencia en contra nuestra, aunque paulatinamente fueron considerándonos casi de los suyos, a medida que íbamos soportando el aguacero de la miseria. Hasta se contentaban cuando sabían que estábamos siendo atormentados por la necesidad. La necesidad es el vínculo que une a las masas lumpenproletarias en un mutuo contentamiento por el mal ajeno. No es un vínculo lógico, humano, de conciencia en el dolor, que se eleve hasta racionali­zarse positivamente por una acción reivindicativa.

Sea como sea, se fueron acercando. Sin embargo, apenas salía  al barranco trasero  alguno de nosotros a cubrir “una de las necesidades más necesitadas en esta necesitadera”, le caía una avalancha de piedras y de gritos procaces. Una tarde  Cleòbulo  tuvo que levantarse apresuradamente de donde estaba en cuclillas  y acomodarse los jitones a manotazos, mientras gritaba como un  megáfono:
-¡Este es el colmo, carajo! En los barrios miserables ni siquiera los filósofos  pueden  cagar tranquilos.

Cuando alguno de nosotros salía al callejón, los muchachos le hacían objeto de chistes obscenos, burlas, y piedras, aupados por los adultos, quienes así daban cumplimiento a su innata vocación pedagógica.

-¡Así tratan a la sabiduría estos requetecoños!-gritó Qui­lón un día, mientras estuvo a punto de sacudir a un zagaletón contra una roca. No lo hizo porque Tales intervino a tiempo, diciendo
-No es de sabios perder los estribillos. La sabiduría es intrínsecamente tolerante-.
Por cierto, habría de mandar de bruces  tan elevados supuestos cuando los malandros lo metieron  de cabeza en una fosa llena de inmundicias, para celebrar el carnaval.





lunes, 23 de febrero de 2015

DIÒGENES SINOPEYUS. UN NUEVO QUIJOTE









DIÒGENES SINOPEYUS


DON MIGUEL



EL NUEVO QUIJOTE

ANTE TANTOS (EM)PANZA(DOS)
SE HACE NECESARIO ESCRIBIR
UN NUEVO QUIJOTE
(Don Miguel)





sábado, 21 de febrero de 2015

DIÒGENES. FRASES CÈLEBRES.


DIÒGENES. FRASES CÈLEBRES


LA “LEY INVERSA” DICE:
CUANDO EN UN PAÌS LA ECONOMÌA ESTÀ BOLLANTE, SE HABLA MENOS Y SE PRODUCE MÀS. CUANDO LA ECONOMÌA ESTÀ EN MALA MARCHA, SE HABLA MÀS Y SE PRODUCE MENOS.

ESTA LEY NO RIGE PARA LOS PAJUDOS, QUE HABLAN DEMASIADO EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS.

(Mariantonia Zambrano, costurera, de las viejas

jueves, 19 de febrero de 2015

DIÒGENES. LAS FRASES CÈLEBRES


DIÒGENES

LAS FRASES CÈLEBRES

MUCHA GENTE CREE QUE SÒLO LAS PERSONAS DE RENOMBRE DICEN FRASES MEMORABLES. NO. LA SABIDURÌA NO ES MONOPOLIO DE NADIE. EL VALOR DE LA VERDAD NO DEPENDE DE QUIEN LA DIGA SINO DE LA VERDAD MISMA.

POR ESO AQUÌ PUBLICAMOS LAS FRASES DICHAS POR LA GENTE COMÙN Y CORRIENTE –GÙSTELE A QUIEN LE GUSTE O NO-, AUNQUE SE TRATE DEL VENEDOR DE OLLAS Y SARTENES QUE VA PREGONANDO POR LAS CALLES SU NECESIDAD.

(Diògenes Sinopeyus)

miércoles, 18 de febrero de 2015

LOS SIETE SABIOS DE GRECIA. SOLIDARIDAD. DIÒGENES


LOS SIETE SABIOS DE GRECIA



DESDE CARACAPOLIS,
A TRAVÈS
DE DIÒGENES SINOPEYUS,
LOS SIETE SABIOS DE GRECIA

CLEOBULO
SOLÓN.
QUILON
TALES
PITACOS
BIAS
PERIANDRO

UN ABRAZO DE SOLIDARIDAD
PARA NUESTROS COTERRÀNEOS
EN ESTA HORA DE LUCHA
POR LA DIGNIDAD PATRIA.

Ayer no pudo conmigo ningún Alejandro Magno.
Hoy no podrán contra mi patria los alejandros mìnimos.

Invitamos a visitar KARICHATURAS
EN

ESTA MISMA PÀGINA.

domingo, 15 de febrero de 2015

COLOQUIO DE LOS ZAPATOS CASOLETA Y CAMBRILLÒN. Juan Josè Bocaranda E




KARICHATURAS
“Al que le pica le picapica”
Juan Josè Bocaranda E

“Murmura, pica y pasa, y sea tu intención limpia
 aunque la lengua no lo parezca” (Cervantes)

COLOQUIO DE LOS ZAPATOS CASOLETA
Y CAMBRILLÒN.

Invitamos a leer en:

sábado, 14 de febrero de 2015

MEMORIAS DE DIÒGENES. EL LOTO LABORAL


EL LOTO LABORAL

Como no teníamos quién nos mantuviera -pues en Grecia no abundan los “mecenas” sino los “mecomes”- echamos a la suerte a quién de los ocho correspondería soportar, como atlas proletario, el pesadísimo fardo del trabajo. No faltó quien se opusiera, diciendo que, si todos comíamos, todos debíamos trabajar.

Bias dijo que  un filosofar eficaz y profundo, era esencialmente incompatible con un trabajo para burros.

Convencidos o no por el sofisma laboral, buscamos un pote vacío, que habíamos conservado como recuerdo milenario de cuando las vacas griegas eran generosas y daban la leche condesada. Invocando a la diosa fortuna, lo echamos a la suerte. Ésta le cupo a Quilón quien pretendió resistir por ser el más fuerte. Le advertimos que todos los demás sumábamos un sie­te-machos, y esto, tratándose de un filósofo razonable, terminó por aplacarlo.

Al día siguiente, muy, muy temprano, despedimos a Quilón como se despide a los viajeros interplanetarios. Si no hubiese sido porque los pobres carecemos de privanza para hacer uso del instituto jurídico de la testamentación, le hubiésemos sugerido que hiciera manifestación protocolizada de su última voluntad. Tan plagada de peligros era la aventura que estaba próximo a iniciar, lanzándose a la vereda que se  escurría hacia el abismo como una serpiente muerta.

Quisimos invocar a Dante para que le hiciera compañía, pero nos abstuvimos al pensar que ni aun los poetas de ultratumba querrían correr riesgo de atracos en aquella hora incierta.

Para que mantuviera  fuerzas de optimismo en la peregrinación a lo desconocido, le preparamos un pequeño bojote de avío: dos arepas prehistóricas y una fotografía del primer queso pro­ducido en las vaqueras de la hiperdemocracia, para que le entrara por los ojos lo que no podía entrarle por la boca de pobre.

No dejó Quilón de soltar algunas lágrimas, al sentirse bajo la amenaza de un destino tan cruel. Pero se hizo tripas, como los trabajadores que bajan del cerro sobre la nuca de la muerte, todas las madrugadas, para ir a la molienda laboral.


-No puedo ser, no debo ser menos macho que ellos  -dijo el lacedemonio, para infundirse valor.- Le respondimos que era cierto, tanto más cuanto que él había peleado  en la guerra de Troya contra los piratas del caballo de plástico, resultando no sólo ileso sino también condecorado con la orden de Kolón.

viernes, 13 de febrero de 2015

PÀNFILUS PENDEXUS. DIÒGENES DE SONOPEYUS



PANFILUS PENDEXUS. DIÒGENES SINOPEYUS

PÀNFILO, EL HOMBRE QUE NO TUVO PASADO

Pànfilo, el que inventò eso de “vivir sòlo e intensamente el presente”, olvidò dònde dejó los guachicones, y no quiso realizar esfuerzo alguno por ubicarlos, porque buscarlos  tan sòlo un instante después de sacàrselos, “ya era pasado”, y su consciencia le imponía ir olvidando, como quien reza un rosario, cada cuenta que pasaba de la camándula mental.

Asì, pues, se acostò a vivir el presente con la almohada, y eso porque la sentía bajo la nuca en ese instante. Era de plumas y se imaginò estar contándolas una a una en un presente que le pareció eterno, sòlo que interrumpido por la idea de que pluma contada, pluma perdida para siempre pues caìa en el pozo inútil de la nada…
Cansado de contar plumas, pasò a prestar atención  a la realidad que lo rodeaba: las paredes, pintadas de blanco expresamente, para que brillaran en la semioscuridad recordando el ahora; y el techo, de donde pendìa el ventilador inservible y que asì se quedarìa para siempre porque mandarlo arreglar implicaba futuro. Ni siquiera quitarle el polvo, porque este polvo se había venido acumulando sobre las aspas desde dos años atrás, lo que era pretèrito.

Ah. Tambièn se concentrò en los dedos de los pies, que  le sobresalìan como un abanico de uñones entre las medias rotas, de las que también se había olvidado. Recortarse las uñas y remendar las medias, eran pasado creciente, y eso iba contra el desarrollo espiritual.

Centrò la atenciòn en  el goteo del grifo de la cocina que resonaba en el silencio y que jamàs sería arreglado porque en ese instante no podría venir el plomero;  y en el ruido de los pipotes de la basura que a esa hora hacían entrechocar los señores del aseo urbano y que deberían dejar allì para siempre, porque trasladar los desechos al relleno sanitario sería cosa del dìa siguiente, y estaba vedado pensar en el mañana.

Finalmente atendiò con ànimo edificante a los ronquidos de la mujer, que yacìa a su lado, esclava como èl al imperio del aquí y del ahora, pues había sido la primera en adoptar la novelerìa desde que vio un programa por televisiòn.

Desechò la realidad de que su madre estaba enferma, al otro costado de la ciudad, porque la enfermedad era de vieja data, un asma de  quince años atrás, y eso era pasado. La ley espiritual le permitìa combatir las enfermedades surgidas en el momento, apenas nacieran, y le ordenaba olvidarse de las viejas dolencias, y èl no querìa pecar contra las leyes del tiempo.

Y porque eso era pasado, no quiso recordar el nombre de la medicina que debió haberle conseguido a la madre en la farmacia, ubicada  en la planta baja. Ademàs, ir del piso tres al nivel de la calle, a comprar el medicamento, ya sería futuro, aunque se tratase de apenas unos minutos.

Sintiò cuando la esposa despertó, interrumpiendo la secuencia de la meditaciòn.  Hubiese querido informarle que la directora del colegio lo había llamado por teléfono para darle un mensaje muy urgente respecto a uno de los niños, pero no lo hizo porque eso ya era cosa del pasado. Ademàs la gestión era para realizarla al dìa siguiente, cosa del futuro. Y el ayer y el mañana les estaban prohibidos.

Se concentrò como una momia y rechazò la idea de deudas y compromisos, todos realizables en el futuro. Por eso fue sorprendido por el hecho de que le cortaron el servicio de luz, de agua y de gas, pues había decidido olvidar las deudas contraídas en el pasado. Tambièn lo sorprendió el juez cuando fue a practicar el embargo de los bienes por falta de pago, y etc.etc…

Lo despidieron del trabajo porque decidió olvidar los conocimientos que había adquirido en la Universidad en cinco años de estudio. ¿Para què recordarlos, si eso ya era pan comido y digerido? Tenìa que resolver los problemas profesionales sobre la marcha, no apoyándose en las bagatelas e inutilidades del pasado, que no dejaban nada bueno y que, por el contrario, atentaban contra el desarrollo metafìsico. Ah. Tampoco debía operar en atención al futuro, lo cual  se sumò a la causa del despido, pues en su oficina se empecinò en planificar, como los malos gobernantes y los pèsimos administradores, para el instante presente, lo cual no daba buenos resultados.

Cuando fue a reclamar el pago de sus derechos laborales, la consultorìa jurídica recomendó que no se le pagaran, pues habían sido causados en el pasado, contando los treinta años de servicio desde el instante anterior al dìa del despido.

El abogado tomò a Pànfilus por las barbas, lo recostò de una pared como una mariposa y le espetò con voz clara y tiempo presente, este discurso:
“Pànfilus, pasado es pasado, futuro es futuro, y presente es su idiotez. Esas meditaciones suyas lo que han logrado es embobarlo. El tiempo es plenitud, y està constituido por a, b y c, es decir, por el pasado, por el presente y por el futuro, y sin eso no hay abecedario. Y déjeme decirle algo màs: es imposible vivir exactamente el presente, porque el tiempo està formado por instantes, tan breves, tan breves, que usted no tiene extensión suficiente de presente, y no puede detener el tiempo. Cada instante se vuelve pasado velozmente sin que usted pueda evitarlo. Y un ejemplo: en el Evangelio se lee que Jesùs dijo a los apóstoles; “uno de ustedes me entregarà”, con lo cual estaba pensando en el futuro, con bastante preocupación, por cierto. ¿Y cuando dijo que el Hijo de Dios vendrà a juzgar a la humanidad y colocarà a las ovejas a la derecha y los chivos a la izquierda, ¿no se estaba refiriendo al futuro, a un futuro muy incierto? ¿Y cuando dijo a la Madre, en las bodas de Canaàn, “mujer, aùn no ha llegado de mi hora”?
 Asì, pues, Pànfilus, déjate de pendejadas, que vas a perder la familia y a tì mismo por esas idioteces. En cuanto a tu mujer, date cuenta de su treta: te emboba con eso de vivir sòlo el presente para dejar la casa llena de basura. Con ese pretexto, ni  siquiera lava los platos. Tampoco te hace de comer porque la carne, las verduras y lo demás, fue comprado el dìa anterior, y eso no puede ser para un metafísico: tiene que comprar los alimentos y tragárselos de una vez, velozmente, para que no se le escape el instante… He dicho, rèquete Pànfilus”.


jueves, 12 de febrero de 2015

DIÒGENES SINOPEYUS: LAMBUCIOS DEL PODER...


DIÒGENES SINOPEYUS


Y SI ALGÙN REY O PRESIDENTE NECESITA HABLAR CONMIGO, QUE VENGA A MI TONEL: LO ATENDERÀ MI PORTERO. NO YO. PORQUE ESTOY OCUPADO… TENGO TAREAS  MUCHO MÀS IMPORTANTES QUE ESO DE ESTAR RECIBIENDO LAMBUCIOS DEL PODER PARA QUE LES BRINDE MI RESPALDO…



martes, 10 de febrero de 2015

DIÒGENES. PANORAMA PANAMERICANO.



DIÒGENES
PANORAMA PANAMERICANO

Cerca de las 11 de la noche, en el barrio La Guarimba de Catia. El italiano Giovanni Bonatesta, a quien apodan “Macho Criollo”, està por cerrar la pizzerìa. Llegan dos amigos, uno de los cuales le dice:

-Hace unas horas vi en la calle  a Metastasio, tu paisano. ¡Tenìa una cara…!

-La de siempre –responde Giovanni- Desde que se casò con la gallega…Ella va adelante…y èl atrás, furioso de ver “el panorama”.

-¿Què panorama?

-Pues el nalgatorio que se gasta la gallega…

-A cualquiera le pasarìa lo mismo…Es para andar botando chispas…

-La culpa la tiene Metastasio, por falta de previsión

-¿Por què?
-Porque es de los que se casan sin mirar la mercancìa por los cuatro costados. Conoció a la suegra, que ya hacìa señales de trànsito con el suyo, indicando por dònde andaría la hija, y èl, sin embargo, persistiò. Ahora anda que vuela…

lunes, 9 de febrero de 2015

DIÒGENES. FRASES CÈLEBRES.



DIÒGENES
FRASES CÈLEBRES

En el mar de la corrupción navegan a toda vela
 los nuevos ricos

(Lord Keines).

sábado, 7 de febrero de 2015

LAS MEMORIAS DE DIÒGENES.,EL BANQUETE DE LOS SIETE SABIOS.


EL BAQUETE DE LOS SIETE SABIOS

-... Ayer, cuando subía a la ciudad desde mi casa de Falero,  uno de mis conocidos  me llamó de lejos y, bro­meando, dijo: “¡Eh, tú, el de la melena gelatinada, ¿no me esperas?” Yo me detuve y lo esperé: era Aristodemo, en compañía de Meliso, el de Samos.
-Apolodoro -me dijo entonces- justamente hace un mo­mento pensábamos en tí, porque deseamos informarnos de la reunión de Diógenes y los Siete Sabios en su banquete del Barrio “Los Mamónides”, con el que quisieron celebrar su ingreso en sociedad.
Luego de salpicar el aire de observaciones jocosas y ponderar la fama que en la historia precediera el regreso de Solón, Quilón y los demás, prosiguió diciendo, casi como si hablase sólo para sí mismo:
-Ya me lo imagino. Todo debió ser estricta etiqueta. Cada quien se recostaría, llegado el momento, en su confortable triklinia. Desde un comienzo, los cubiertos de plata brillarían a la luz de las velas de cera ática. La vajilla, sin duda de porcelana de Kíos,  así como los vasos, forma­rían un solo juego  que contrastaría con los platitos para el pan y la mantequilla. Esta última sería nada menos que de las vaqueras del Pireo. Los esclavos se emularían en el servicio, con esmero en colocar los utensilios “de afuera hacia adentro”, según las más severas exigencias de Karreñodokles. Los manteles serían de damasco y se adoptarían todas las previsiones para que sus bordes no tocasen el suelo. Las copas de rigor montarían guardia, por lo menos en número de tres, frente a cada comensal: una, para el agua cristalina y burbujeante del Guairontas; las otras dos, para sendos nobles vinos, que serían ingeridos durante el “syndeienon”, pues para el “potos” o momentos de “bebida libre”, que vendrían después, serían reservadas muchas otras, con mayor liberalidad y tamaño. ¿No es así, Meliso?
-¡Claro que sí¡ A cada quien se le asignaría un salero y un pimentero, con su nombre inscrito  con el pincel de Apeles. El menú vendría manuscrito sobre  hojas de piel de coco, en conjunto de arte que sería tildado de “formato-poemario”, digno de aquel ágape sa­piencial. Todo sería profundo cavilar filosófico sobre los “éidolos” platónicos, mientras los laúdes de Lesbos, los saxofones de Locrida y los chimbángueles de Betijokes ondearían sus arpegios cual tenue cortinaje de Pylos... ¡Dime, dime, Apolodoro, que es cierto; que todo fue así...!
-”Pues pelas y requetepelas, Aristodemo. La cosa no fue así sino asá...:
Algunas yucas sancochadas, un poco de ají y unos  aguacates  medio-podridos, acompañado todo ello con algunas libaciones de guarapo de papelón, fueron los manjares aquella “Noche Triste”. Reclinados a la manera griega, se enfrentaron a tan descomunal banquete, tratando de roer aquellas raíces que un abnegado gobernante se empeñaba en llamar “yucas”.
Tales fue el primero en tomar la palabra. Con voz engolada y poses académicas, dijo cual complacido gastrónomo:
-Entonados como han sido los cantos en honor al dios de los pacientes, según es de rigor en todo acercamiento a los humanos placeres, conviene filosofar, siquiera como vía de escape hacia el consuelo, para satisfacer, así, los estómagos de nuestro espíritu. Recurramos, Sabios, una vez más, a la ataraxia o “imperturbabi­lidad de ánimo”...
Quilón  dio unos vergajazos contra la tabla que les servía de mesa, interrumpiendo tan estupefaciente  discurso y, gritando con las fuerzas que el hambre podía permitirle, exclamó:
-¡Déjate de pendejadas, Tales, y pon freno a tu lengua complaciente, si no quieres  tragarte la única chancleta que me dejó el periplo comercial de anoche! Formidables estupideces de obscuridad has venido a proferir tú, que asombrabas a los siglos con tus máximas, como lo atestigua Garcialóbolos Bakkaloislos.
Periandro agregó:
-Debe ser el hambre, Tales,  lo que te está serruchando la mollera, para dedicar tu verborrea a tan absurdas proposiciones. Son sencillamente into­lerables las ideas que acabas de exponer, tanto más cuanto  estamos sintiendo en carne propia lo que es sufrir, lo que es padecer hambre, frío, falta de transporte, de vivienda, y dormir con las cucarachas. Lo que es sentir llover, que la quebrada se desborde y el cerro se desmorone. Lo que es carecer de medicinas para los hijos y no tener cómo educarlos...
Quilón interrupió y dijo:
-¿Y ahora vienes, Tales,  a salir por los fueros de la tranquilidad y del conformismo. Si no fuera porque no debo romper el grupo, me iría pal carajo con Malula, a reivindicar la esperanza del muerto.
Ante aquella metralleta viviente que era un Quilón atragantado por la rabia y la media sandalia que le quedaba, intervino Cleóbulo:
-Siempre he sostenido que “lo óptimo es la mesura”. Te ruego, Quilón, dejes de lado tanta vulgaridad, pues no lograrás otra cosa sino ganar para el casto y comedido autor de este libro, la injusta fama de “grosero”, haciéndole perder el honor ante las damas de alto copete.
En cuanto a ti, Tales, -prosiguió Cleóbulo- estás meando fuera del pipote. No de otro modo debe entenderse esa nube verbosa que ha despertado la ira de Quilón y la sospecha de los demás. Se necesita ser un badulaque de filósofo para que salgas con ideas de resignación en un país donde pesan en exceso el quietismo y la conformidad y donde precisamente falta la capacidad de pro­testa.
-Es verdad -agregó Bias-. No es la filosofía de la resigna­ción la que debemos cultivar, sino la de una toma de conciencia contra el desorden social, contra el reino de la injusticia.
-Sí-observó Quilón- aunque el propio Zeus se nos arreche y nos bombardee con su ira y con sus rayos.
-No creo que Zeus sea adverso a una filosofía de justicia social -repuso Pítacos-
No pequéis de soberbios. Dad a los dioses lo que es de los dioses y al diablo lo que es del diablo- opuso Tales.
-Calla, calla, prostiputo! -le gritó Quilón.
Y prosiguió Apolodoro refiriendo los pormenores del banquete  a Aristodemo y Meliso, mientras caminaban hacia los tribunales:
-Sin el “syndeienon” y sin el “potos” -pues no había nada más qué comer o beber- el banquete de los Siete siguió adelante con la animación que era de esperar en aquellos filósofos roedores. De pronto, Pítacos quiso caer en el tema político y citar casos concretos de corrupción administrativa, pero Tales intervino para decir que traer chismes a la mesa era mala educación.
Periandro le respondió que aquello no era mesa sino una tabla vulgar y carcomida,  que cada vez que iban a comer -lo cual no sucedía con la debida frecuencia- tenían que tomar prestada de la puerta del rancho.
Solón ex­presó que con el pretexto de que algo es “chisme” muchas veces pasa “por debajo de la mesa”, quedando impunes de censura muchos malandrines.
De pronto, la silueta de una persona llenó el marco de la entrada del rancho.
-Soy Osccaridos, esclavo del bufón Uzékliddes, quien está fuera y ruega ser invitado al banquete, a la vez que ofrece  los servicios de payaso.
Uno de los Sabios, enemigo a ultranza de los parásitos, se limitó a respon­der que se fuera con sus maromas a casa de los gobernantes,  quienes por lo menos le darían los huesos al final del simposio.
El banquete terminó con el mismo tono, convencimiento y devoción de un comienzo.
Pítacos dijo  mientras regresa­ban la puerta del rancho a su lugar natural:
-El pueblo de Grecia, al levantarse de la mesa, en vez de hacerlo contento y satisfecho, lo hace con mayores proporciones de arrechera, y no es para menos.
-¡Por Baco y Caco y sus correrías ministeriales! ¿Qué está ocurriendo, Apolodoro? ¡A qué estado han llegado los Siete y Diógenes! ¿Por qué, por qué?

-Pues porque al parecer vinieron a pagar con su pellejo las consecuencias de la deuda externa.

jueves, 5 de febrero de 2015

DIÒGENES. FRASES CÈLEBRES.


DIÒGENES.
FRASES CÈLEBRES

Si no quieres hacer el bien, por lo menos  no estorbes
(Paralelepìpedos de Babilonia)

miércoles, 4 de febrero de 2015

MANOLUS. LA LÒGICA MANÒLICA. INVITACIÒN




MANOLUS

LA LÒGICA MANÒLICA

“Por la verdad han muerto hasta los monos”
Manolus Eximius Verdolaguensis,
el mono silogizante.

INVITAMOS a visitar el blog



para leer completo este escrito de Manolus, el mono silogizante, si es que alcanza la buena voluntad.

martes, 3 de febrero de 2015

DIÒGENES SINOPEYUS. EL TIEMPO Y LA DECEPCIÒN.

DIÒGENES SINOPEYUS. EL TIEMPO Y LA DECEPCIÒN



El peso de las edades constituye la lección más demoledora para los erizamientos de la soberbia. El tiempo va llevando, inflexible, al decantamiento de las cosas, que caen a su justo nivel, y aun convierte en decepción lo que ayer creíamos ser y ha devenido en su contrario.